El paciente: "No me hagas daño".

El facultativo: "Te trataré con cuidado y me lo agradecerás."      

La reflexología ha atravesado siglos antes de Cristo, arraigándose en diversas civilizaciones del mundo antiguo. 

Hace 5.000 años, la terapia de acupresión ya se conocía en India y China. 

Cruzó los océanos hasta llegar al norte de África, al Antiguo Egipto, donde en Saqqarah podemos descubrir, en la tumba de Ankhmahor, Sumo Sacerdote y médico del Faraón Teti (VI Dinastía), alrededor del 2340 a.C., un fresco que representa a una persona recibiendo un masaje de pies, y a otra que recibe un masaje de manos.

También hallamos los orígenes de la reflexología en el Perú, entre los Incas (siglo XIII), quienes transmitieron sus conocimientos a los indios Cherokee en Norteamérica. 

Hacia finales del siglo XIX, un neurólogo inglés, Henry Head, descubrió que ciertas zonas de la piel eran más sensibles a la presión cuando un órgano enfermo estaba conectado nerviosamente a éstas.

En Norteamérica, el doctor William Fitzgerald (1872-1942) es reconocido como el fundador de la podo-reflexología moderna, a principios del siglo XX. Gracias a sus conocimientos de digitopunción, realizó intervenciones quirúrgicas utilizando como única técnica de anestesia presiones en determinados puntos de los dedos, mediante pequeños vendajes o pinzas.

Más adelante, el doctor Riley, convencido por los hallazgos del doctor Fitzgerald, estudió con él e integró sus descubrimientos en su propia práctica durante más de cuarenta años. 

Hacia los años treinta, Eunice Ingham, fisioterapeuta, elaboró las famosas tablas de zonas reflejas y puntos en pies y manos, todavía vigentes hoy día. 

Captura de pantalla 2021-10-20 a las 10.16.28

La reflexología ha llegado hasta nosotros enriquecida con conocimientos y experiencias en Europa por arqueólogos, historiadores de la medicina, neurólogos, médicos, fisioterapeutas, podólogos y los principales representantes de las tradiciones de la medicina natural ancestral. 

Este es el enfoque occidental que les propongo, el de las áreas de pies y manos, espejos que reflejan las correspondencias de cada órgano, músculo y glándula del cuerpo humano.