Reflexología

Terapia manual

¿Qué es la reflexología?

La reflexología no requiere herramientas. Con tan sólo el pulgar y el índice se ejercen presiones sucesivas en los puntos reflejos de los pies: los 7.200 nervios del cuerpo terminan en las plantas de los pies.     

La reflexología puede activar el buen funcionamiento de todos los órganos y sistemas.

El organismo acoge con plena confianza el tratamiento por los pies.
Pese a su pequeña superficie, los pies aguantan todo nuestro cuerpo: son su base fundamental, sus auténticos cimientos. 

La reflexología aviva los órganos enfermos para armonizarlos, sin agravar su estado, y ayuda al cuerpo a reforzar su capacidad de autocuración gracias a una técnica precisa de digitopresión.

La reflexología actúa directa y simultáneamente sobre los diferentes sistemas orgánicos del cuerpo, estimulando las terminaciones nerviosas (más de 7.200 bajo nuestros pies).

La reflexología corrige congestiones e inflamaciones, elimina tensiones que desencadenan procesos patológicos, alivia en profundidad el dolor y brinda una importante relajación. 

Sólo el médico de cabecera está legalmente capacitado para diagnosticar una enfermedad y prescribir su tratamiento.

El modo de acción de la reflexología podal

El principio del arco reflejo o el mecanismo de regulación

Bajo el efecto estimulante del masaje, los receptores cutáneos envían impulsos nerviosos a la médula espinal a través de un nervio sensitivo, que los dirige a la corteza cerebral.

Bajo el efecto estimulante del masaje, los receptores cutáneos envían impulsos nerviosos a la médula espinal a través de un nervio sensitivo, que los dirige a la corteza cerebral. El eje hipotálamo-hipófisis (glándulas situadas en el cerebro) se excita disminuyendo o aumentando la liberación de hormonas (las endorfinas, analgésicos naturales del organismo) en la sangre. El nervio motor transmite el impulso nervioso al órgano o sistema afectado (por ejemplo, al colon), provocando una reacción curativa de éste al contraer el músculo correspondiente. Se restaura así la homeostasis, o equilibrio del cuerpo.